domingo, 25 de octubre de 2009

Otra vez lloro
y así de tanto en tanto
que se escapa
y no se si contenerlo
pero no estalla
como me gustaría
quizá así
quizá tal vez
quizá así
cómo me gustaría
y no se si contenerlo
que se escapa
y así de tanto en tanto
otra vez río

lunes, 1 de junio de 2009

Eres un hueco seco,
un sueño que olvido cada mañana,
una mentira en la que no creo.

Seguir de viaje es casi
tener un sitio al que volver.

Seguir dormido es casi
despertarme a tu lado.

Seguir perdido es casi
no estar equivocado.

La mentira me sigue seduciendo
el sueño lo retomo cada noche,
el hueco lo lleno de lagrimas.

viernes, 29 de mayo de 2009

Cuando yo te ame

Lo haré sin tu permiso.
Será una pasión secreta.

Prometo no llamar,
Ni dejar mensajes
debajo de la puerta.

Nada será distinto.
Voy a ser muy discreto,
incluso distante.

Mis amigos no sabrán nada.
Tus amigos no sospecharán.
Nunca te darás cuenta.

Despertarás cada mañana
de buen humor
sin saber por qué.

Te verás más guapa en el espejo,
te sonreirán por la calle y
en la oficina te lanzarán piropos.

Comerás sano,
dejarás de fumar
y volverás al deporte.

Tu grupo favorito
sonará en la radio
hablando de tus sueños.

Te subirán el sueldo,
y tu madre, al teléfono:
Hija, estoy orgullosa de ti.

A lo mejor incluso
te toca la lotería
o un viaje a Hawai.

Todo va a ser perfecto,
todo te irá bien sin mi
cuando yo te ame.

jueves, 7 de mayo de 2009

“Antes de que todo termine”
(Before Everything is Over)

de George Wallace
(Se aceptan sugerencias para la traducción)

Antes de que todo termine quisiera hacerte el amor
el número exacto de veces que un caballero llama a una
puerta que jamás se abrirá para él.

Exactamente las veces que un espejo refleja el espíritu
de un hombre arruinado, el número de veces que una joven
descubre en medio de una tumultuosa fiesta

que está sola, quisiera hacerte el amor como un hombre
girando la cabeza en la ventana de un tren de pasajeros para alcanzar
de nuevo la mirada de una mujer por la que siempre

sentirá verdadera adoración, pero que ahora debe dejar atrás, como
un artista de circo que mira las barras del trapecio en ese techo de
luces brillantes, de altos y precarios cables,

sabiendo que nunca subirá tan alto, como un luchador vendido
dejándose caer en la lona, pues es su única amiga.
Como el vagabundo que atrapa un billete de 20 dólares

que vuela en mitad de un concurrido bulevar, o me gustaría
hacerte el amor antes de que las calles se queden vacías, antes
de que el sol del crepúsculo se ponga para este mundo

y para el próximo, antes de que el oso pardo caiga
en su magnífico sueño invernal, quisiera hacerte
el amor con mi frente

apoyada en tu cintura desnuda, con mis plaquetas latiendo por
tus venas, con el fuego y la nieve de mi cabeza cayendo en tus
llamas crepitantes o quisiera hacerte

el amor cien veces con la estremecedora certeza
de tu sonrisa gélida y el tacto imposible de rastrear de tus dedos,
con tus sueños indescifrables.

Pues estoy condenado a vivir contigo, incluso cuando
tú no estás, tú con tus hombros inacabados, tú
con tus labios color arco iris,

tú con tus manos vacías, tu silencio perfumado, tu
perfecta elegancia. Tú, con la luz del sol que sale de
tu oscuridad y entra en mi mundo.

martes, 24 de febrero de 2009

La máquina y la noche

Cuanto más me pierdo, más gano y me convierto en ese niño que juega y no quiere volver a casa.

Me dejo llevar a la ilusión de construir contigo máquinas imposibles. Pensamos cada elemento rigurosamente, asegurándonos de que será lo bastante loco como para merecer existir. Si un detalle absurdo se nos escapa a uno de los dos, el otro lo recupera para ese electrodoméstico magnífico.
Me rio y tengo tu risa hecha de letras. Con eso me basta.

Entre juegos me dejo caer cada vez más en un ensueño al que me abandono, como el sediento que se ahoga en un río entre feliz y confuso.

Después de política, activismo, ingenierías varias, lecturas y cine (me pregunto por qué nada de música); después de sentirme feliz por tu claridad, tu inteligencia, tu dulzura, tu tacto infinito, con ese cuidado espontáneo para no dañarme, quizá sin saber cuán vulnerable era a tus palabras; después de beber del alegre manantial que brota de ti; después de todo y de que se acabe el tabaco y la noche, de regreso a mí, el miedo vuelve.

Disimulo, intentando fingir que nada se ha roto. Pero hace muchos minutos que ya nada es igual, que en niño ha muerto (el primero que muere pierde), y te ofrezco una imagen patética aferrándome a un mundo que no existe, desesperado por seguir respirando tu compañía. Pero ya es de día y tu ya has cenado y me esperan en la oficina y has de dormir y se hace evidente que no llegarán hallacas por Internet.

miércoles, 4 de junio de 2008

Dile que pienso en él

De que hay otras dimensiones no me cabe duda.
Y tiene que haber muchas, más de 9 por lo menos.
La sexta dimensión me han contado que es un universo habitado por aquello que olvidamos. Estamos tú y yo también, pero no somos ni tú ni yo, sino nuestros complementarios. Mi yo-subíndice-seis es tal cual soy, pero sus recuerdos son todo aquello que olvidé.
Siempre pienso en mi yo-subíndice-seis y he llegado a tenerle mucho cariño. Me da ternura saber, por ejemplo, que no puede atarse los cordones de las zapatillas solo. Aunque quizá sepa otro modo de hacerlo que yo ya no recuerdo.
Últimamente sin embargo le guardo algún rencor.
Siento celos por la certeza de que todo lo que he vivido contigo, dentro de poco, le pertenecerá.
Ahora vete, no vuelvas nunca.

lunes, 10 de marzo de 2008


Joder, cómo huele a pelo quemado.
Ojalá no te des cuenta, pero van a ser mis pestañas.
Aparto la vista hacia la calle para bajar la temperatura y termino quemando un poco las cortinas. Verás cuando lo vea mi abuela.
Y si rehuyo tus ojos no es por vergüenza, sino por miedo, pues los míos son de conejo albino. Dos pupilas vitrocerámicas encendidas al 10.
Por fin, te vas; por desgracia te vas.
Abro las ventanas para que se vaya la peste y me quedo frío con las cortinas en la mano y la mente perdida entre tu cuerpo y lo que le diré a mi abuela, que la pobre ya no está para disgustos.